viernes, 1 de marzo de 2019

Crítica "Crónicas de Shámsala II"

Por fin, he conseguido leer "Las sombras del reino", la segunda entrega de "Crónicas de Shámsala", la saga literaria ideada por Juan Luis Goikoetxteta, publicada por Ediciones Atalntis.
Así que si no habéis leído la primera novela, os recomiendo que salgáis de esta entrada y os metáis en https://elobservadornovela.blogspot.com/2018/06/critica-literaria-cronicas-de-shamsala-i.html en el que hablo de la primera entrega.
Ahora, que si continuais leyendo estas líneas, no me culpéis por soltar spoilers de la primera parte.
Esta segunda entrega empieza con el retorno del príncipe Degall a Vende, la capital de Shámsala. Y lo hace después de haber ordenado la muerte de su hermano Gumb (estabais advertidos), que todo hay que decirlo, se trató de un magnicidio en defensa propia, ejecutado por Brigadión, su fiel vasnino y mentor en "Lo Prohibido".
Ahora bien, cualquiera que haya leído la primera parte, ya habrá adivinado quién va a ser la víctima del segundo magnicidio en defensa propia, que sucede en esta segunda entrega. El caso es que, como ya estaba previsto, Degall termina siendo coronado rey-emperador de Shámsala con la ayuda de las artes letales de Brigadión.


Hasta el momento de la coronación de Degall, tenía una imagen diametralmente opuesta de estos dos. Pensaba que Degall era el típico niño malcriado, déspota, consentido y malvado, el jovenzuelo que tanta mala fama da a este tipo de nobles genealogías de rancio abolengo. Y creía que Brigadión era un guerrero noble, que instruía a Degal porque pretendía convertirle en un líder sabio y justo. Es decir, que quería fabricar al rey-emperador que de verdad necesita la gente de Shámsala, para por fin poder mejorar las vidas de los súbditos y terminar con el dominio de corrupción, terror y oscuridad que asola todo este territorio medieval.
Así que con este panorama, pensaba que, en esta segunda entrega, Degall iba a ser un rey tiránico y malvado, mucho peor que su padre Crotor, y que Brigadión terminaría por traicionarle para liderar la una fuerza civil de resistencia...
¡Me equivoqué!
Porque cambié de opinión a partir de un hecho acaecido en la misma noche de la coronación de Degall, un hecho, que a partir de ahora, para evitar evitar destripar en exceso la historia, denominaré,  el Incidente.
Pues bien, a partir de este Incidente, mi percepción sobre ambos personajes da sendos giros de 180º. Porque por culpa de este Incidente, los dos se muestran tal como son.
Para empezar, Degall se propone. en serio, ser mejor persona, con lo que por fin se convierte en el rey-emperador que Shámsala se merece tener. Y no tarda en demostrarlo al líderal, con la ayuda de un ejército de mercenarios slá, una gran hazaña que no tiene que faltar en este tipo de relato de espada y brujería; ¡UNA BATALLA CAMPAL! En concreto, Degall dirige los ejércitos de Shámsala en la batalla de Dor-Alia, para liberar este enclave minero de una fuerza extranjera que pretende apoderarse de sus preciosos recursos minerales. Gracias a los slá, Degall consigue ganar esta batalla a costa de unas pocas bajas en el bando de Shámsala.
Y en segundo lugar, con la realización del mencionado Incidente, Brigadión se muestra como lo que realmente es; un matón, un ser vil y despreciable, que se vale de sus refinados conocimientos de "Lo Prohibido" para satisfacer sus deseos más rastreros. Y tras la batalla de Dor-Alia, Brigadión no tarda en ser desenmascarado, convirtiéndose en el acto en el enemigo número uno de Shámsala.
A partir de aquí, el relato se va complicando, pues el Incidente acarreó otras consecuencias imprevistas, las cuales se desarrollarán en la tercera entrega de esta saga literaria.
No quería terminar esta entrada sin mencionar una extraña rareza literaria que aparece en este libro. O al menos, este humilde servidor nunca antes lo había visto.
Y es que, en mitad del relato, el autor añade un capítulo de más de 100 páginas, en la que se cuenta, con todo lujo de eróticos y agresivos detalles, la biografía de Brigadión antes de ser nombrado uno de los protectores de la familia real de Shámsala. En otras palabras, que en este grueso tomo tenemos una novela corta dentro de otra mucho más grande, que intenta explicar los orígenes de las bajas pasiones de Brigadión y cúal va a ser su curso de acción en su nueva vida como prófugo más buscado de todo el reino.
Por mi parte, me queda esperar a la tercera entrega, pues me he quedado con ganas de ver qué hay dentro de la fortaleza de Bateff y cómo harán Chafan y Graggo para encontrar a su desaparecido hermano Risco. Es una historia que, como diría Michael Ende, habrá que contar en otra ocasión.