jueves, 20 de junio de 2019

Crítica Literaria "El silencio de Clara Lyndon"

Cuando Máire, una chica inglesa que está cursando su último año de periodismo, descubre que su abuela enferma habla en euskera en sueños, se inicia entonces la trama de "El silencio de Clara Lyndon", la primera novela de Elene Lizarralde, publicado por Editabundo.
Y es que la tal Clara Lyndon, la mencionada abuela de Máire, a pesar de aparentar ser la típìca dama inglesa que vive en Reino Unido, oculta un pasado fascinante, empezando por sus orígenes en Euskadi.


Escrita mayormente en primera persona, ya desde la perspectiva de "Clara" o la de Máire, y ambientada entre 1943 y 1995, y ocasionalmente en tercera persona, este relato va desgranando poco a poco, a través de los diálogos de las protagonistas, el pasado español de miss Lyndon. Emulando a la abuelita de Titanic, la tal Clara cuenta sus vivencias como pelotari femenina en la España franquista, cuando tenía otro nombre y otra familia... Poco a poco, el lector descubrirá el porqué del silencio que Clara Lyndon ha estado guardando durante los últimos cuarenta años de su vida...
Hay que reconocerlo. Puede ser un libro largo de leer, pero con la llegada del tercer acto, una vez que se descubren los motivos para tanto secretismo, la trama se vuelve tan trepidante como emotiva. He aquí un ejemplo de por qué el/la escritor/a tiene que sembrar mucho en el primer acto, para que al final, el lector pueda cosechar grandes experiencias al alcanzar el final de la obra.
En resumen, que es un libro muy recomendable para lectoras, pero que también animo a los lectores que se hagan con él. Porque, además de poder averiguar qué perturbadores secretos oculta la protagonista principal, de paso también se enterará de una parte desconocida de la historia reciente de España, que gira en torno a las pelotaris profesionales de la España de Franco.
Normalmente, al finalizar mis entradas, suelo insertar un vídeo musical. En esta ocasión, serán dos canciones, que están mencionadas en la novela. La primera es Agur Jesusen Ama, un canto religioso de las iglesias de Euskadi, que suena como una nana triste. Es una melodía melancólica que viene muy bien para ambientar la trama general de este libro.


Un luego esta Solsbury Hill, de Peter Gabriel, cuya letra describe muy bien los deseos más secretos de la protagonista, a la vez que queda genial para ambientar el emotivo epílogo de esta novela, dejando al final, muy buen sabor de boca al lector. Porque Juntos, la vida es perfecta.


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