jueves, 24 de noviembre de 2016

Los Frikis Orgullosos.

Hoy hablaré de la figura del friki, que también está presente en El Observador, entre tantos otros personajes-arquetipo.


Como bien dice Miguel Ángel Aijón, la gente más rara y peligrosa que te puedes encontrar, es, precisamente, la que es normal. De hecho, en El Observador también hay un asesino en serie, de esos que no levantan las sospechas de sus vecinos, hasta que es detenido por la policía. Suele ser entonces cuando el vecino de turno dice "No sabía que era un psicópata. ¡Parecía tan normal!".
Y aunque no lo parezca, yo también soy un friki. Y en esta ocasión, como escribí una obra protagonizada por gente normal y corriente (de la calle), quise alabar la figura del friki. Lo hice en la figura de un chaval que se pasa sus ratos libres hablando con una artista exótica a través de internet. Y a través de sus vanos intentos de enamorar a la chica popular del instituto, este chico vive bochornosas experiencias que, sin embargo, le hacen mejorar como persona.
El primer paso para ser un friki, es aburrirse con la vida cotidiana. El friki invierte su tiempo libre en hacer buscas (películas, libros, series, cómics, etc...), y cuando encuentra un entretenimiento que satisfaga sus ansias de saber y de diversión, se vuelca en ello. Y si tiene suerte con sus cartas, puede usar esta habilidad para ganarse la vida un empleo apropiado para él.
Puede que la figura del friki no sea socialmente aceptada. Pero hay que tener en cuenta que esta gente es la que hace evolucionar a la sociedad. Si no me crees, fíjate en dónde estás leyendo estas líneas. Son los frikis los que han, y están, impulsando el actual progreso tecnológico. Internet no lo inventó ningún machote que de joven fue capitán del equipo de fútbol de su instituto.
Y además, es falso que la sociedad no acepte a los frikis. Son los frikis los que no aceptan a la sociedad. Y lo digo yo, que encuentro aburridas las charlas sobre política, fútbol o el famosillo/a de turno que triunfa en los programas para Marujas de la televisión.
Así que este chaval friki es uno de los personajes principales de El Observador. Sin embargo, irónicamente, es uno de los últimos en enterarse de la existencia del pirata informático bienhechor, pues se entrega demasiado a su amiga virtual y a sus inútiles intentos de conquistar a la chica de sus sueños. Y es a partir del descubrimiento de la existencia de El Observador, cuando empieza a plantearse sobre la veracidad de la existencia de su amiga virtual.
Concluyo esta entrada dando un consejo. Chicas, emparejaros con un friki. Un friki siempre os escuchará. Un friki siempre os tratará como merecéis. Un friki siempre se ocupará de que no os falte de nada. Y lo más importante de todo, un friki nunca se irá con otra.

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